La sinopsis de la serie es sencilla, pero efectiva: Joanne (interpretada por Bell) es una mujer agnóstica que junto a su hermana conduce un pódcast sobre sexo y relaciones. En una cena para solteros, conoce a Noah (Brody), un encantador rabino con quien siente una chispa instantánea. La química entre ellos es palpable, pero como en cualquier buena comedia romántica, hay obstáculos que superar: él es un rabino—poco ortodoxo, eso sí—y ella es una agnóstica curiosa.
La historia se desarrolla en 10 episodios de menos de media hora cada uno, lo que la convierte en una serie ágil y fácil de disfrutar. Pero la duración no es lo único atractivo. Lo realmente cautivador de "Nadie quiere esto" es cómo se siente genuinamente fresca y, a la vez, decididamente real.
Hemos escuchado durante años eso del "renacimiento de las comedias románticas" y hemos disfrutado volver a ver a Julia Roberts y George Clooney en Ticket to Paradise, o a Sydney Sweeney y Glenn Powell en Anyone But You. Pero si algo faltaba en esas propuestas, era sentirnos identificados. Y aquí es donde "Nadie quiere esto" brilla: la serie no solo se basa en la química entre los protagonistas, sino que se sumerge en personajes secundarios que realmente importan y en conflictos que no se resuelven de manera mágica.
Kristen Bell: una mujer vulnerable y real
Lo que más destaca es el retrato de Joanne, el personaje de Kristen Bell, como una mujer sumamente vulnerable, que admite sus miedos y se permite evolucionar. Uno de los momentos más memorables ocurre cuando Joanne confiesa que su peor miedo es “volverse emocionalmente dependiente de un hombre que un día se dará cuenta de que es demasiado y le romperá el corazón”. Esta honestidad es parte del atractivo de la serie, que aborda la apertura emocional con una autenticidad refrescante.
La primera temporada de "Nadie quiere esto" dejó cabos sueltos y una segunda temporada ya fue confirmada. ¿Será que Noah sacrificará su vocación por amor? ¿O Joanne se dará cuenta de los posibles focos rojos? Además, se suman al equipo dos pesos pesados como productores ejecutivos: Jenni Konner y Bruce Eric Kaplan, ambos con experiencia en series como Girls. La expectativa está puesta en si el gran guion se fortalecerá aún más con sus aportes.
En un punto clave de la serie, Joanne intenta sabotear su relación y siente "asco" por Noah y su "blazer deportivo". Y sí, todas hemos estado en ese momento en el que el príncipe encantador parece más un sapo. Pero Noah responde con un simple “puedo contigo”, mirando a Joanne a los ojos, y reafirmando su compromiso incluso frente a los autosabotajes. Literalmente grité como adolescente en ese momento, y hacía tiempo que una serie no me provocaba algo así.
En conclusión, "Nadie quiere esto" se las ingenia para hacerte reír, llorar y cuestionar tus propias relaciones, todo en un formato dinámico y actual. Y aunque no sabemos si la historia de Joanne y Noah tendrá ese clásico final feliz, definitivamente nos ha demostrado que en 2024, aún se pueden hacer grandes comedias románticas con frescura y corazón.