Sanguche empezó con un local en una esquina y mucho “olfato" para detectar oportunidades. “Ricardo Acosta, uno de mis socios pasó por la cuadra, vio que el local estaba en alquiler, y como frecuentamos la zona, nos interesó”, explicó Mateo Plada, uno de los socios fundadores de la empresa.
Este nuevo proyecto fue creado por Mateo Plada, Ricardo Acosta e Ignacio De Arruabarrena. Abrió hace dos semanas en Tristán Narvaja y Av. Uruguay, una de las calles más transitadas de la ciudad, específicamente los domingos con la feria. A esto se suma la cercanía de facultades, colegios y oficinas. “Vimos que había una necesidad de comida fácil de pedir, llevar y comer. Queríamos resolver eso”, afirmó.
Esta nueva experiencia gastronómica se diferencia del resto, ya que, ofrece una sanguche con pan tipo focaccia, pero más fino, crocante y liviano, y además tiene stracciata, con opciones de pollo, carne, vegetariano, mortadela con pistacho y más. La carta se divide con sanguche para el almuerzo (disponibles de 12 a 16hs) y otros más livianos que se ofrecen todo el día, pensados para desayunos o meriendas.
También cuentan con croissants, cookies, medialunas, papas fritas, ensaladas y café de especialidad boliviano “de muy buena calidad”, destacó Plada. Otro diferencial es que ofrecen un té frío casero con limón, que lo llamaron Palmer.
Por otra parte, el diseño del local también fue parte del concepto desde el día uno. Los socios trabajaron junto al estudio de arquitectura Crudo, quienes pensaron en conjunto para crear un espacio visualmente atractivo y que llame la atención. “Queríamos algo limpio, prolijo, con identidad clara, fuerte y fácil de replicar”, señaló.
Sanguche abre sus puertas de domingo a viernes, de 9 a 19hs, y además los domingos se destacan con DJ en vivo. “Desde el primer día la respuesta fue muy buena, sobre todo de estudiantes y trabajadores de la zona. Hay movimiento, y eso nos empuja a seguir ajustando y mejorando”, finalizó.