Premiado por las revistas más influyentes del mundo y elegido año tras año por el jet set internacional, Fasano Punta del Este sigue marcando el pulso del verano esteño —y también del resto del año— con una propuesta que combina arquitectura de autor, naturaleza indómita y una hospitalidad que roza lo íntimo. Hoy, mientras su ADN se proyecta al mundo con nuevas aperturas en Miami, Londres, Cerdeña y Cascais, el corazón de Fasano late fuerte en Uruguay.
Ubicado a minutos de La Barra, en lo alto del Cerro Egusquiza, el hotel se asienta sobre una antigua estancia de 480 hectáreas con una de las vistas más impactantes de la zona. “Desde la primera vez que vine a Punta del Este, me quedé fascinado con el lugar. Es uno de los sitios más lindos que he visto en mi vida”, dice Gero Fasano, sintetizando el espíritu que atraviesa cada rincón del proyecto.
Diseñado por el prestigioso arquitecto brasileño Isay Weinfeld —junto a Locanda Fasano, obra de la arquitecta Carolina Proto—, el conjunto arquitectónico propone una integración total con el entorno. Weinfeld define el proyecto como una “inserción contemporánea dentro del paisaje natural”: líneas puras, materiales nobles y una sofisticación discreta que nunca compite con la naturaleza, sino que la acompaña.
El resort está abierto todo el año y cuenta con 10 suites, 20 bungalows y 2 villas, además del Restaurante Fasano, el Spa, el centro ecuestre, el club de golf con cancha firmada por Arnold Palmer, canchas de polo y hasta pista de aterrizaje privada. A esto se suma Las Piedras Villas & Estancias, un desarrollo inmobiliario junto a JHSF que incluye 38 villas con servicio hotelero y chacras exclusivas con vistas al golf o al arroyo Maldonado.
La experiencia Fasano se construye en los detalles. En su ya legendario restaurante —ubicado en lo alto de la propiedad— la gastronomía es un viaje entre Italia, Brasil y Uruguay. Este año, además, estrenó una parrilla uruguaya que honra las mejores carnes, pescados y mariscos de la región, acompañados por una carta de vinos tan extensa como impecable.
Entre los platos icónicos: el clásico carpaccio Fasano, el antipasto de mar, los ñoquis de papa con ragout de cordero, los spaghetti alla chitarra, el stracotto de cordero y la ya célebre degustación de milhojas. En Las Piedras, las parrilladas de mar al mediodía se vuelven uno de los grandes rituales del verano.
La gran novedad de esta temporada es que el Spa Fasano abre sus puertas al público, con reserva previa. Un espacio de bienestar que mantiene el estándar de excelencia de la cadena: piscina climatizada, sauna seco y húmedo, gimnasio completo y seis salas de masajes —incluida una doble—. Abierto todos los días de 9 a 20, suma este verano experiencias de Wellness & Sunset: sesiones guiadas de yoga, meditación y bienestar al atardecer.
El arte y la cultura también ocupan un lugar central. Charlas con curadores, exhibiciones al aire libre, encuentros VIP de la feria Este Arte, degustaciones de vino y caviar, música al atardecer con DJs como Mina y shows de Anita Álvarez de Toledo convierten al resort en un verdadero polo cultural y sensorial.
Lionel Messi, Susana Giménez, Ron Wood, Pierre Casiraghi, David Guetta —que vuelve cada año—, Paul Oakenfold, Gerard Butler, Juliana Awada, Pampita (habitué del spa), Natalia Oreiro, Valeria Mazza, Eduardo Costantini, Nacho Figueras y Delfina Blaquier —propietarios de una casa allí— son solo algunos de los nombres que encontraron en Fasano Punta del Este su refugio ideal. También es escenario de algunos de los casamientos más espectaculares y de las fiestas más memorables del verano.
Fasano Punta del Este celebra una manera de entender el lujo, más ligada a la experiencia que a la ostentación, más cercana al silencio del paisaje que al ruido.
Quince años después, sigue siendo ese lugar al que se llega para quedarse… y al que siempre se vuelve.
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