En primera persona con Candelaria Guelbenzú

(Por Agustina Amorós) Con la ilusión de completar el ciclo de los ganadores de Mondesign, llegamos a los premiados en representación de la Escuela Universitaria Centro de Diseño, perteneciente a la Universidad de la República. Un grupo de nueve estudiantes fueron reconocidos por su colección infantil presentada en el prestigioso premio que organiza Montevideo Shopping cada año. En esta entrevista conversamos con una de sus representantes, Candelaria Guelbenzú (24), oriunda de Guichón, viviendo como estudiante de intercambio en España, nos cuenta de esta experiencia en primera persona. 

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Desde InfoStyle nos comunicamos con los referentes del equipo ganador por parte de EUCD para concretar esta entrevista y no dudaron en que Candelaria Guelbenzú era la persona para esta charla. Fue así como llegamos a esta representante que le da voz a un equipo de nueve estudiantes que obtuvieron el premio. El equipo fue compuesto por Micaela Medina, Nazarena Travieso, Alfonsina Balatti, Florencia Fabra, Giuliana Bianchi, Martina Zucolini, Juan Sosa, Luna Brañas y nuestra entrevistada, que en este momento se encuentra viviendo en Galicia mientras cursa un semestre como estudiante de intercambio en la Universidad de Vigo. Agendamos nuestra entrevista con tanta puntería que coincidió con el apagón que sumió a toda España, por lo que con reagenda incluida y tecnología mediante, nos disponemos a esta charla con una uruguaya en el norte de España. Nada como adentrarse en la historia de vida de aquellos que sueñan alto. 

¿Cómo fue tu proceso de elegir qué estudiar?

Siempre tuve facilidad para los números, soy buena en matemáticas y de chica decía que iba a estudiar administración de empresas o contador público. De hecho, hice el bachillerato de administración en UTU, lo que implicó irme de Guichón a Paysandú. Luego cursé dos años de contador público. Trabajé en un estudio contable y me di cuenta que pasarme diez horas por día encerrada en una oficina sacando cuentas para una empresa que no es mía, no era lo que quería para mi vida. Fui a un psicólogo vocacional y me puse a investigar las opciones de carrera que ofrecía la UDELAR, hasta que me anoté en la EUCD para hacer Diseño Industrial con perfil en diseño textil. Siempre me gustaron las manualidades y el universo artesanal. En 2016 empecé a vender ropa tejida y luego me compré una máquina de coser y hacía ropa de forma completamente autodidacta. Al año siguiente empecé a cursar Diseño Industrial. En seguida descubrí que era mi lugar. Me sorprendía con el tipo de clases, los ejercicios prácticos, todo el despertar creativo. La realidad es que nunca soñé con dedicarme a la alta costura, tampoco diseñar ropa por diseñar. En nuestra carrera nos concientizan mucho con respecto al daño que la industria textil ha hecho al mundo, la responsabilidad de los diseñadores para frenar este desastre, la sustentabilidad…

Me gustaría mezclar mi faceta de administración con diseño. Quiero combinar moda con mis estudios previos. En este momento estoy replanteándome qué hacer. Trabajar en finanzas con una cabeza abierta al diseño… creo que va por ahí.

Contanos de la experiencia que estás viviendo como estudiante de la Universidad de la República de intercambio en la Universidad de Vigo, en Galicia. 

Mientras estaba cursando el segundo semestre de tercero en Montevideo apliqué a una beca que se llama Pasaporte UDELAR. Es un fondo de 3000 euros para irte de intercambio a la parte del mundo que quieras, con la condición de saber el idioma. Como yo sólo sé español, elegí venirme a España. Se postularon más de 200 personas y se asignó una beca por cada facultad, yo vine por la Facultad de Arquitectura, que es donde está la carrera de diseño. Fue la primera edición de esta beca, fue una especie de programa piloto. Algo que no todos los estudiantes saben es que cualquier estudiante de UDELAR puede irse de intercambio si tiene los medios económicos para hacerlo. Seas estudiante bueno o malo, si tenés la mitad de la carrera hecha, te podés ir a donde quieras mientras hables el idioma. Cada realidad es diferente, pero no es imposible. En mi caso, cuando ya me habían confirmado este intercambio, ganamos el premio de Mondesign. Ese apoyo económico me vino genial para impulsarme en esta experiencia. Me vine a cursar un semestre como estudiante de intercambio en la Universidad de Vigo. Vivo en Pontevedra, en el campus mismo de la universidad. Estoy cursando grado en diseño y como soy estudiante de intercambio puedo elegir materias de diseño gráfico, bellas artes y moda. Estoy haciendo un poquito de todas para experimentar. Voy a estar cursando aquí hasta junio. 

¿Cómo fue la experiencia de presentarse en Mondesign?

Estuvo buenísima. Durante todo el semestre estuvimos desarrollando ropa para niños en grupos de a tres estudiantes. Cuando surgió la posibilidad de presentarnos a Mondesign, rearmamos los grupos en dos grandes equipos. La profesora nos reagrupó en función a los equipos que teníamos la misma materialidad o alguna conexión desde lo estético o desde la investigación. Se asignaron responsables de equipo y así armamos los looks y trabajamos en la presentación. El proceso fue muy ágil, estábamos terminando el semestre. Era una incógnita el tema de los ganadores y fue emocionante cuando nos nombraron. Siempre es lindo que reconozcan tu trabajo. El premio de 5.000 dólares está pensado para impulsar nuestra carrera como diseñadores. En nuestro caso lo dividimos entre los nueve, para mí fue una alegría saber que contaba con ese apoyo para el viaje de intercambio, un compañero que tiene interés en ilustración destinó el dinero para un iPad, otra compañera se pudo comprar una computadora que venía necesitando hace mucho. Es una ayuda que a los estudiantes de la universidad pública nos hace la diferencia. Nos impulsó mucho. 

¿De qué se trató la colección?

Era una colección infantil y como nos habíamos reagrupado por materialidad, en nuestro caso el hilo conductor fue la gabardina. Trabajamos a partir de prendas ya existentes y el contexto que unificaba a los tres proyectos es que estaban vinculados al interior del país, actividades al aire libre y la vida rural. 

Para nuestro proyecto elegimos trabajar con una escuela rural de Guichón. Nos dedicamos a observar cómo viven los niños, cómo es su realidad, investigar su economía y su cotidianeidad. Las necesidades rurales son muy distintas a la de los niños de una capital, por ejemplo. Los niños fueron los modelos de la producción. Diseñamos prendas que a partir de cierres desmontables y elásticos se pueden adaptar a distintos tipos de cuerpo y edades. La idea es que las prendas crecieran con los niños desde los 6 a los 12 años. Nos inspiramos en la fauna fósil del Uruguay, especialmente en el Uruguaysuchus, un dinosaurio que sus fósiles fueron encontrados en Guichón. Todas las estampas que usamos lo representan. 

Otro de los equipos había trabajado con bombachas de campo en una escuela rural, y el otro en los niños scout y los restos fósiles de un dinosaurio encontrado en Kiyú. Es decir, había un vínculo en la propuesta de todos.

¿Cómo es tu mirada de la moda en Uruguay, desde la perspectiva de una estudiante de intercambio en Europa?

Lo primero a destacar –si bien nos lo dicen mucho– es que el nivel de la UDELAR es muy alto en comparación con otras universidades del mundo. Es una formación exigente y eso nos da una ventaja a los uruguayos en una mirada global. 

Si miramos el mercado de la moda, la calidad de los productos uruguayos es suprema. El cuero uruguayo, por ejemplo, es de primera línea. Los productos uruguayos en el mundo se despegan. En Uruguay no siempre pasa. El mercado de la moda uruguayo es difícil, si bien está en crecimiento, no todo el mundo puede acceder a tener su marca de industria nacional.

Si comparamos la industria española y la uruguaya –por fuera del fast fashion– los precios son similares. Lo que es diferente es el sueldo del promedio de un uruguayo y un español. El sueldo mínimo en España ronda los 1.200 euros, en Uruguay el sueldo mínimo es poco más de $ 20.000. La industria uruguaya podría crecer un montón si cambia el nivel de vida de los uruguayos. Nos haría despegar. 

¿Cuáles son los próximos pasos de tu carrera?

Este año me gustaría aplicar a alguna práctica en empresas aquí en España. En La Coruña hay muchas empresas grandes de la industria textil. No parece, pasa desapercibida, pero Galicia es una cuna de la industria textil europea. Me gustaría aplicar a alguna práctica educativa, en breve tengo una entrevista con el consulado uruguayo para poder ver las posibilidades. 

Más allá de eso, me gustaría volver a Uruguay para cursar mi último año de carrera, hacer la tesis y seguramente una vez recibida busque la forma de volver a vivir en el exterior. Es difícil una vez que ves lo que es Europa no pensar en todas las posibilidades que hay acá. Por poner un ejemplo, la semana pasada tuve un workshop con una persona que trabajó como jefa de diseño en John Galliano y Moschino. Son oportunidades únicas y aquí se abren las puertas. 

Seguramente vuelva a trabajar en el exterior. El visado de estudio se puede extender fácilmente una vez que hiciste todos los trámites. Uruguay está bien visto ante el mundo, España te abre sus puertas. Es cierto que hay que hacer mucho papeleo… pero no hay que ser privilegiado ni especial, si uno hace las cosas bien España le da oportunidades a los uruguayos.

¿Con qué soñás para tu futuro?

Cuando me sienta preparada me gustaría tener mi propia marca. Miro mucho el concepto de la moda japonesa, me interesa particularmente su forma de trabajo. Me encantaría tener una marca propia, con costureras bien pagas, poder venderla a un precio justo. No me imagino una gran tienda con sucursales, sino algo más propio y exclusivo. Pero soy consciente que tengo que aprender mucho. Una vez que ponés el ojo en el mundo de la moda internacional te das cuenta que es un universo amplio, me gustaría trabajar en una empresa que me de herramientas de aprendizaje.

Ping pong con Candelaria Guelbenzú:

  • Un referente: Gabriela Hearst
  • Una película: Me gustan románticas. Mis dos favoritas: “El diario de la princesa” y “Tres metros sobre el cielo”
  • Un sueño por cumplir: Dejar una huella por mi trabajo
  • Tu lugar en el mundo: Mi familia
  • Un miedo: Lo estoy afrontando, pero aguantar la distancia con mi familia para poder ir por mis sueños

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