Primero, la ecuación mágica: el poder de Kim más dos pesos pesados de la industria. La empresaria no está sola en esta aventura, sino que comparte el timón con Nick Brown y Natalie Massenet, cofundadores de Imaginary Ventures. Massenet, por cierto, es la mente brillante detrás de Net-a-Porter, la plataforma que revolucionó el e-commerce de lujo. Con este trío al mando, el éxito era casi inevitable.
Pero la historia no termina ahí. En 2023, Skims cerró una nueva ronda de financiación por 270 millones de dólares con Wellington Management Group y Greenoaks Capital Partners, lo que disparó su valoración hasta los 4.000 millones. Un crecimiento meteórico que no es casualidad: entre la calidad del producto, el enfoque inclusivo y una estrategia de marketing infalible (¿quién más puede vender shapewear con una foto en bata de baño y generar millones en ventas?), Skims se ha posicionado como mucho más que una marca de moda.
Así que si pensabas que Skims era solo otra firma impulsada por la fama de su creadora, es hora de pensarlo dos veces. Porque cuando Kim Kardashian pone su nombre en algo, lo convierte en oro. O mejor dicho, en 4.000 millones de dólares.
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