Con presencia ya consolidada en Manantiales, Norimoto llega a Montevideo para seguir expandiendo una filosofía que nace de un desafío: resignificar un clásico como el sushi y elevarlo a un nuevo nivel culinario. Nada de platos rebuscados ni artificios innecesarios; acá la clave está en la pureza, la precisión y esa obsesión por los detalles que hace que cada bocado sea casi un viaje a Japón.
La propuesta es tan minimalista como contundente. Todo empieza por el ingrediente estrella: el alga, esa lámina crujiente que se convierte en la base —y en el alma— de cada roll. No por nada el nombre NORIMOTO fusiona nori (alga) y moto (origen), y se potencia con el prefijo japonés Ō, que significa “más grande” o “mayor”. Grandeza, respeto y un nivel de rigor casi ceremonial que se nota desde la primera mordida.
La marca trabaja con una selección minuciosa de pesca, materia prima fresca y de vanguardia, un arroz secreto que es casi leyenda interna, y una técnica que combina tradición japonesa con una mirada contemporánea. El resultado: hand rolls hechos al instante, aún tibios, que conservan esa textura perfecta entre el crujiente, el umami y la suavidad del pescado.
Pero Norimoto no solo apunta al paladar: busca crear una experiencia sensorial completa. Los espacios —sutiles, minimalistas, casi zen— están diseñados para que la atención esté en lo que importa: el sabor, el ritual, el viaje. Y sí, hay algo de viaje. Cada roll parece transportar a los rincones más interesantes de Japón y su cultura, tan amada como inspiradora.
Con esta apertura en Carrasco Valley, Norimoto reafirma su objetivo principal: invitar a sumergirse en una propuesta diferente, que desafía, innova y resignifica constantemente. Una invitación abierta a quienes aman la cocina japonesa y a quienes todavía no saben que están por enamorarse.