La apuesta tiene tres ingredientes clave: experiencia, elegancia y sabor. Y una misión clara: hacer que tanto locales como huéspedes vivan una experiencia gastronómica única, distinta, y —spoiler alert— inolvidable.
"Queremos sorprender. Cada uno de nuestros restaurantes y bares tiene su propia identidad, su personalidad", cuenta Marrone con pasión, mientras da forma a lo que ya se perfila como el gran polo gastronómico de la zona sur.
Tres espacios, tres formas de disfrutar
En un entorno que combina naturaleza, diseño y tranquilidad, la experiencia culinaria se reparte entre tres espacios bien definidos:
Alsur Restaurante Central: cocina de producto. Ingredientes frescos, de estación, provenientes de productores locales. Platos que no necesitan disfraz porque lo dicen todo con su sabor. Todo acompañado de una carta de vinos boutique, clásicos y en tendencia que maridan a la perfección.
Los Fuegos al Polo: el homenaje a la cocina a leña. Sabores auténticos, humo que abraza, tradición bien entendida. Una experiencia que reconecta con el fuego como elemento
Pura Criollo Bar: el rincón más relajado, donde la coctelería clásica y los tragos de autor se mezclan con snacks sabrosos y platos tradicionales. Ideal para pasar el rato, brindar, o dejarse llevar por una charla que no tiene apuro.
“Nuestra cocina está centrada en el producto, en su nobleza. Nos inspira lo simple, pero con carácter. Queremos que cada plato evoque una sensación, un recuerdo, una tradición”, explica Marrone. Y lo logra. Cada bocado es un viaje, cada detalle está cuidado como en una buena sobremesa familiar.
La propuesta no solo busca atraer a los huéspedes del resort, sino también convertirse en un punto de encuentro para quienes viven en la zona y quieren algo diferente, con alma y con sabor. Esa mezcla perfecta entre lo cotidiano y lo especial.
Todo indica que se está creando un nuevo epicentro foodie en Hudson. La visión de Marrone, sumada a la calidad del Sheraton Greenville, está dando forma a un proyecto gastronómico de alto vuelo. Elegante sin ser pretencioso, auténtico sin ser básico, sabroso sin ser rebuscado.
Una invitación a disfrutar sin apuros, a reconectar con el placer de comer bien y compartirlo.