En primera persona con Laura Romano

(Por Agustina Amorós) Una nutricionista que sabe congeniar lo mejor de dos mundos. Por un lado, su formación académica: es licenciada en Nutrición de la UBA y completó dos postgrados (uno de Nutrición Clínica y Obesidad, otro en Psicología de la Obesidad y Trastornos Alimenticios) en la Universidad Favaloro. Por el otro, un auténtico talento para la comunicación. En su cuenta de Instagram @integralnutricion comparte con sus 1,2 millones de seguidores su forma de acercarse a la nutrición. De forma simple y entretenida, la nutricionista argentina Laura Romano comparte conocimiento de valor con el objetivo de que más personas puedan tener una mejor relación con la comida. A través de su empresa de productos Íntegra, crea snacks verdaderamente nutritivos para facilitar aún más ese proceso. Días antes de que llegue a Montevideo para dar su charla Nutrición sin confusión, conversó con InfoStyle.

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Se enciende la cámara para nuestra entrevista y Laura me habla en secreto. Me pide disculpas por los cinco minutos de retraso y me explica que Gaia –su hija de cinco años–, no quería ponerse los zapatos para ir al colegio. Me río cómplice, un poco por la confianza que me transmite de inmediato y otro poco porque conozco a través de las redes sociales la personalidad entrañable de Gaia y su repertorio de “Buen día”, que dice graciosamente en las mañanas. La charla empieza y me sorprende cómo siendo una de las nutricionistas más famosas de Argentina, con tanta formación, con una empresa exitosa de snacks nutritivos, un libro publicado por Planeta, y miles de programas, columnas y charlas con pacientes, Laura logra rápidamente conectar con su interlocutor. Y todos esos tips, consejos, planes y productos parecen ser creados especialmente para vos. Con su amplia sonrisa y sus ojos brillantes, nos paramos de conversar del camino recorrido, de los logros impensados y de todo lo que se viene. 

¿Cómo surge Integral Nutrición? 

Integral Nutrición surge a partir de Instagram. Abrí la cuenta en 2015, cuando recién empezábamos a explorar en esa red. Yo soy de Carmen de Areco, del interior de la provincia de Buenos Aires, me vine a estudiar en la UBA y después de recibirme volví a mi pueblo. El primer consultorio lo abrí con una amiga en Luján. Trabajábamos nutrición y estética, nos estaba yendo muy bien, hasta que me enamoré de mi actual marido, que estaba viviendo en Buenos Aires, y la ruta Luján-Buenos Aires se volvió insostenible. Decidí abrir un consultorio en Buenos Aires. Todo cambió muy rápidamente, pasé de estar en dupla en un local a la calle, en un lugar donde todos nos conocemos; a atender en Recoleta, sola, donde hacía de secretaria/nutricionista/todo. Me costaba darme a conocer. Tenía cuatro o cinco pacientes por semana, por lo que pensando estrategias de cómo publicitar mi servicio, me abrí la cuenta de Instagram. Quería dar mi aporte desde lo nutricional: me puse a cocinar, compartía recetas, calculaba los macronutrientes, las calorías, hacía las comparaciones entre productos.

En ese momento el boom de las redes eran las chicas fit. Había muchos perfiles con el mismo discurso: entrenaban mucho, no comían carbohidratos y hablaban del concepto de “cheat meal”. Las veía y pensaba: esto no está bien. Desde mi punto de vista fomentaban el atracón. Yo me formé con Monica Katz, la creadora del método No dieta. Mi enfoque nunca estuvo desde lo restrictivo. Entonces decidí salir a defender lo que había aprendido, a intentar instalar un mensaje de cambio de hábitos, el concepto de la no restricción, a habilitar comer algo dulce todos los días. Fue un mensaje pionero en redes, porque en ese momento el discurso era otro. De a poquito se fue sumando gente hasta que en un momento hice un posteo comparando nutricionalmente un alfajor de arroz y uno tradicional. Hoy lo vemos en todas partes, pero en ese momento se recontra viralizó. La cuenta empezó a crecer de golpe.

Ese año, a través de su entrenador, llega a mi consultorio Dalma Maradona. Yo siempre digo que fue como mi madrina. Tras ella la agenda se empezó a llenar. Al poco tiempo empezamos a trabajar con Stephanie Demner y todo empieza a crecer exponencialmente. 

En poco tiempo nos tuvimos que mudar dos veces de consultorio porque el equipo se ampliaba constantemente. El crecimiento de las redes y del consultorio fue a la par.

En 2017 me llamaron de Telefe para tener una columna en la edición matutina de Telefe Noticias. Fue otra gran oportunidad para que otro público me conociera. En 2018, cuando lanzamos las barras de cereales Íntegra, ya teníamos una comunidad recontra formada. 

Me interesa cómo lográs trasladar el lenguaje científico a conceptos básicos para que todos podamos entenderte y aplicarlos a nuestra vida cotidiana. ¿Fue una decisión estratégica “hablar fácil” en redes sociales?

Me ayudó mucho la experiencia en el consultorio. Intentaba hablar con los pacientes de la forma más simple posible y eso fue lo que trasladé a las redes. No fue una estrategia de comunicación. 

Hoy en día los médicos –la comunidad científica en general- está mucho más en diálogo con el público. Antes había periodistas especializados para trasladar el lenguaje científico a la gente. Eso fue desapareciendo y si bien el acceso a la información es re positivo, la realidad es que no nos enseñan a comunicar. Hace poco me invitaron a dar una charla de comunicación a nutricionistas y me puse a buscar base científica, porque yo no estudié comunicación. Siempre me interesó enseñar, comunicar. Mi mamá es docente y de chica decía que iba a ser maestra, porque me encanta explicar. Me fascina el desafío de estudiar mucho algo, entenderlo en profundidad, para después buscar la forma de comunicarlo. Me interesa encontrar el matiz exacto: tiene que ser fácil para que cualquiera lo entienda, pero tampoco puede ser una burrada que te escuche un colega y diga “esto está mal”. Asimismo, para que se entienda bien, por momentos tenés que olvidarte de la mirada académica. Si no te ves tentado a meter lenguaje científico. Eso no es lo que el paciente necesita, lo importante es que entienda. 

Y qué pasó con la comunidad científica y los colegas, ¿cómo fue asumir su mirada? 

Al principio me costó un montón. Al principio me costó un montón. Primero tuve que asumir que mi especialidad era comunicar. Entre nutricionistas grosas que se dedican a investigación, diabetes, obesidad, dedicarme a la comunicación me hacía sentir “menos”. Después entendí que hay gente que sabe mucho, pero no lo sabe comunicar. Empecé a valorar lo que a mí me salía naturalmente. Me fui abriendo y empecé a ver que colegas grosas, formadoras mías, profesionales que admiro, me felicitaban por lo que estaba haciendo. Su aprobación me dio ánimos para seguir. De hecho me acaban de ofrecer, y acabo de aceptar, ser la coordinadora del comité de comunicación y prensa de la asociación de nutricionistas. Es un gran desafío y estoy feliz de decir: soy nutricionista y soy comunicadora.

¿Cómo es tu aproximación a la nutrición? ¿De qué se trata el sistema 80/20?

Yo me formé con el enfoque de la no restricción. Me pasaba que cuando llegaba un paciente al consultorio, ya venían con el chip de la dieta. Yo les hablaba de los hábitos saludables a largo plazo, de que podían comer de todo en pequeñas porciones y a muchos los desconcertaba. Buscando formas para explicarlo mejor, encontré el Principio de Pareto (que no tiene nada que ver con nutrición, pero me servía para explicar la idea). El objetivo es la mayoría del tiempo comer bien, digamos un 80 %, y el 20 % restante flexibilizar y comer cosas no tan saludables pero que nos hacen felices.

¿Cuántas comidas tenemos por día? Supongamos cuatro (desayuno, almuerzo, merienda y cena). En una semana sería 7x4 = 28. Si calculamos el 20 % serían entre 5 y 6 comidas a la semana podría comer cosas “no sanas” y las 23 restantes sanas. Ese esquema le da flexibilidad al paciente para distribuirlas como quiera en su semana. Se desprenden muchas preguntas: ¿cuánto puedo comer en esas cinco comidas? ¿Puedo comer todo lo que quiera? ¿Me puedo comer un lechón entero? No. La idea es que comas lo mismo que comerías en esa situación, pero cosas que te gusten. Esto te da libertad, hace que no sientas culpa. Yo siempre digo que la culpa te hace tomar malas decisiones. Dentro de esta propuesta, se “legaliza” ese 20 % y le da espacio al disfrute. La comida tiene un espacio central de goce, de cultura, de vida social. Cuando empezás con el 80/20 al principio contás las comidas, además un plan por semana, pero después pasa a ser un hábito. Si te descontrolaste un poco el fin de semana, el lunes volvés a tus hábitos saludables sin que te cueste. 

Argentina es uno de los países con más trastornos de la conducta alimentaria. La obsesión por la delgadez preocupa, ¿cómo trabajás eso como nutricionista y comunicadora?

En el uno a uno del consultorio muchas veces nos toca trabajar con la persona en la aceptación de su imagen corporal. Muchas veces vienen con la idea de bajar de peso cuando de repente no lo necesitan, puede que ya estén en un peso saludable, se alimentan bien y bajar significaría restringirse más. También pasa mucho que tienen el aspiracional de pesar lo que pesaban hace veinte años. Siempre busco tratar de alinear esas expectativas, sincerarse. Puede pasar de esperar un cuerpo que nunca voy a poder tener: porque somos todos distintos, porque tengo estructura distinta, porque no me puedo comparar con una modelo o influencer.

¿Cómo surge Integra?

Íntegra surge de la necesidad de encontrar un snack saludable para personas que querían resolver el desayuno o la merienda en la calle. En países como Argentina y Uruguay que la cena suele ser muy tarde, a veces sin tiempo para merendar, me pasaba de no tener opciones prácticas para recomendar. 

Las barras de cereales que encontraba en el mercado eran o muy grandes o muy pequeñas, o con componentes que hacen que sean más una golosina que un snack nutritivo. Me obsesioné para encontrar una receta que tenga mucha fibra y proteína, que es lo que nos da saciedad. 

Empecé a buscar recetas caseras, pedí ayuda a la comunidad, el intercambio fue inmediato y rápidamente me encontré armando un excel con los valores a los que aspiraba con la barrita. Investigamos en cómo obtener una buena cantidad de fibra natural, investigamos cómo resolvían este problema en otras partes del mundo y en ese proceso di con la raíz de achicoria. Fue todo un proceso, pero encontré un lugar que plantaban, empezamos a ver formas de utilizarla, todo se iba compartiendo y debatiendo en redes. Logré llegar a los 7 gramos de fibra natural que tanto quería. Se logró la receta, la compartí con todos, pero la gente quería que la vendiera. Sabía que podría convertirse en un buen producto, pero no tenía idea cómo empezar. Armamos un equipo con amigos: uno especializado en marketing, otro dedicado a lo comercial, otro que tenía un conocido que tenía una fábrica… Así empezamos a armar equipo cada uno con su expertise, buscando hacer una marca desde cero. Tenía mucho miedo: todo eso que critico de la industria, ahora voy a hacer yo. Quería demostrar que las cosas se pueden hacer bien, sin necesidad de agregarle millones de aditivos o cantidades industriales de azúcar. Las artistas que ilustraron el packaging salieron de la comunidad, el nombre lo elegimos entre todos: fue un círculo virtuoso comunitario.

En octubre de 2018 abrimos la tienda online. Habíamos fabricado durante semanas, estimando que tendríamos la producción necesaria para todo el mes y se agotó todo en un día. Nos llevó un tiempo, las fábricas nos pedían un volumen mínimo que nosotros al principio no podían llegar, pero el crecimiento fue rápido y continuo. Después de la tienda online empezamos a estar en las dietéticas y más tarde en Starbucks Argentina, que fue un gran hito. Ellos tienen estándares muy altos con sus proveedores, estar ahí nos dio credenciales para poder ir por los grandes supermercados. Fue una puerta de entrada. 

Otro paso importante fue exportar a Uruguay. Integral Nutrición tiene mucha llegada en Montevideo, es una parte muy importante de mi comunidad. Desde fines del año pasado las barritas cuentan con distribución en Uruguay.

¿Qué proyectos se vienen para este año?

En Integral Nutrición tenemos un equipo de ocho nutris, una médica, una psicóloga y el equipo no crece más por elección propia. Me es muy importante que el equipo esté alineado conmigo, en cuanto a personalidad y formación. Es un equipo de especialistas a las que les tengo mucha confianza. 

A mi me encanta el consultorio, pero los otros proyectos me requieren. El año pasado hice un proyecto de streaming en Telefe y a través del programa A todo hábito fue la oportunidad de hacer “consultorio abierto gratuito” y atender de esa manera.

Para este año estamos lanzando una web con mis cursos online sobre hábitos, organización y nutrición. La idea es acompañarlos con eventos presenciales. Vamos a estar en Montevideo este 27 de abril en un encuentro de tres horas llamado Nutrición sin confusión, para aprender mitos y verdades de los alimentos, aprender a analizar etiquetas, y compartir recetas junto a Hugo Soca. 

Mi misión en este mundo es hacer que cada vez más personas se alimenten bien y lleven hábitos saludables, quiero evitar que caigan en dietas locas o sufran con el tema de la comida. 

Ping Pong con Lau Romano:

  • Tu plato y postre favoritos del 80 %: Milanesa de pollo rebozada en avena + ensalada con cinco colores. De postre: pan de banana
  • Tu plato y postre favoritos del 20 %: Siempre papas fritas. De postre: helado.
  • Algo que hagas para descomprimir: Trabajar en mi huerta
  • Un sueño: Llegar con mi marca a varios países 
  • Un libro: El poder de los hábitos

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