Ahora, el panorama navideño es muy diferente. Los catálogos físicos se han transformado en links de Google Docs compartidos con familiares, llenos de capturas de pantalla y enlaces a productos seleccionados al milímetro en redes sociales. ¿El problema? La magia del "estreno" empieza a agotarse. Y no es solo porque las ofertas ahora están disponibles todo el año, sino porque el consumidor está cansado.
Desde el Black Friday hasta el Cyber Monday, pasando por San Valentín y Prime Days, la avalancha de descuentos se ha vuelto constante. Antes, una buena rebaja tenía el poder de emocionarnos; ahora, con códigos de descuento perpetuos, el entusiasmo parece haberse evaporado.
Estrenar algo nuevo sigue siendo emocionante (un vestido que brilla en la oficina o ese labial viral que prometía todo), pero estar al día con cada tendencia puede generar el efecto opuesto: agotamiento. Ese bombardeo constante de novedades y la presión de "no quedarte atrás" han dado paso a un fenómeno global que especialistas llaman el "Gran Agotamiento".
Según Viktoriia Vasileva, estratega de marca y fundadora de Busy Corner, la raíz del problema está en la sobreexposición a redes sociales y el contenido promocional interminable. ¿La respuesta más común ante tanta saturación? Desconectar.
En este contexto, movimientos como el underconsumption core están cobrando fuerza: consumir menos, dar una segunda vida a lo que ya tienes o, incluso, tomar pausas de las redes sociales. ¿El resultado? Una Navidad más relajada y menos centrada en la compra compulsiva.
Pero, ¿qué pasa con las marcas? Ellas también están lidiando con este "burnout colectivo". Un ejemplo destacado es el de Lush, la marca de cosmética que decidió abandonar las redes sociales en 2021 para no perseguir algoritmos. Su campaña “Nos vemos en cualquier otra parte” invita a los clientes a desconectar del ruido digital y acercarse a sus tiendas físicas.
Otra apuesta interesante fue la de Miu Miu, que durante su desfile primavera-verano 2025 regaló a sus invitados un periódico distópico (The Truthless Times), lleno de ensayos sobre la sobrecarga de información. Quienes asistieron podían elegir entre leer el periódico o simplemente disfrutar de las minifaldas en la pasarela. Una estrategia que da en el clavo: conectar con distintos tipos de consumidores según su nivel de saturación.
Marcas como Burger King en Brasil también están innovando con estrategias poco convencionales. ¿Un ejemplo? Una app que mide tu nivel de resaca para ofrecerte descuentos en menús. Mientras tanto, Emma, la marca de colchones, ha lanzado hoteles diseñados exclusivamente para dormir como parte del "turismo del sueño".
Sin embargo, estas iniciativas todavía son casos aislados. Según la experta en marketing Itziar Oltra, aunque este tipo de acciones son un pequeño paso hacia una sociedad más consciente, el cambio generalizado aún parece lejano.
En este escenario, tal vez la mejor solución no esté en la pantalla de tu móvil. Como sugiere Vasileva, busca inspiración en el mundo real: observa cómo se viste la gente en un café, charla con los dueños de una tienda local o simplemente date un paseo por el barrio.
El consumo consciente podría ser el mejor regalo que nos hagamos esta Navidad. Porque, a veces, apagar el ruido externo y reencontrarnos con lo esencial puede ser la clave para devolverle la magia a estas fiestas.