El reciente "Estudio Generación Digital Desconectada" en Uruguay revela que un 12,7% de los jóvenes de entre 18 y 35 años ha optado por abandonar permanentemente las redes sociales en busca de una vida más saludable. Según la investigación, liderada por una marca de electrónica de consumo, esta desconexión digital está asociada con sentimientos de tranquilidad para el 41,4% de los encuestados, mientras que el 39,2% experimenta ansiedad y angustia al considerar la idea de alejarse de sus dispositivos móviles durante un período prolongado.
Hoy en día, los uruguayos pasan una media de 5 horas al día conectados a sus dispositivos. Para aquellos que sienten que el POMO es la clave para un mayor bienestar, o incluso para quienes aún luchan con el FOMO, es fundamental aprender a tener una relación saludable con la tecnología. Por eso, la marca ha unido fuerzas con Jorge Flores, fundador de PantallasAmigas y experto en el uso seguro y saludable de la tecnología, para ofrecer cinco consejos que te ayudarán a lograr una relación más equilibrada con las pantallas este verano:
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Establece horarios y usa aplicaciones de control de tiempo de pantalla: Define horarios específicos para reducir el uso del móvil y redes sociales, especialmente durante las comidas y antes de dormir. Los smartphones permiten monitorear las aplicaciones más usadas y el tiempo dedicado a cada una.
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Desactiva las notificaciones: Las notificaciones constantes de redes sociales, correos electrónicos o mensajes generan un efecto de distracción que alimenta el FOMO. Gestiona y establece horarios para evitar estas distracciones.
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Pon en marcha un plan de desconexión digital: Dedica al menos una hora al día a desconectarte completamente de los dispositivos electrónicos. Aunque al principio puede parecer difícil, pronto descubrirás que es gratificante usar ese tiempo para otras actividades.
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Explora dispositivos sin internet, como los dumbphones: Considera usar un teléfono sin internet durante ciertas horas del día para reducir distracciones y enfocarte en el presente. Esta tendencia, cada vez más común, permite una mayor conexión con el entorno y las personas.
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Crea zonas sin tecnología y equilibra el tiempo de conexión con actividades offline: Establece áreas en el hogar libres de dispositivos electrónicos, como el dormitorio o la mesa del comedor, para fortalecer las relaciones con la familia y amigos. Además, dedica tiempo a hobbies sin pantallas, como leer, cocinar, practicar deporte o salir a caminar.
En un mundo hiperconectado, el verdadero lujo reside en saber cuándo estar disponible y cómo desconectar. Disfrutar de una relación sana con la tecnología no solo permite aprovechar las ventajas de estar al día, sino también encontrar momentos de tranquilidad en los que nuestro bienestar sea la prioridad, redescubriendo así los placeres de las pequeñas cosas.