Nos invita, entonces, «a dejar de buscar afuera lo que siempre estuvo dentro: tu capacidad de construir, de elegir, de crecer. Invertir no es solo sobre dinero, es sobre valorarte, sanar y tomar decisiones desde la confianza, no desde el miedo. Es un gran acto de amor propio. Hoy vamos a desmitificar el mundo de las finanzas. Si te importa la libertad, conocerte, tener más opciones y ganar en el juego del dinero, estás en el lugar correcto».
¿Por qué está dirigido a las mujeres? La autora responde: «porque la mayoría de los libros sobre dinero están escritos para hombres. Hablan de inversiones, estrategias y números, pero no contemplan nues¬tras etapas, lo que nos pasa. No hablan de la decisión de querer tener hijos o no tenerlos, de pausar una carrera, de cuidar a otros antes que a nosotras mismas, ni de cómo nos reinventamos después de una separación. Lo escribí para todas esas mujeres que he visto seguir patrones que nunca eligieron, cargar miedos que no se animan a decir en voz alta y vivir atrapadas entre lo que quieren hacer y lo que creen que pueden hacer con su plata. [...] Porque [este] no es solo un libro acerca del dinero; es un libro sobre nosotras, nuestras historias, nuestros miedos y todo lo que podemos lograr cuando decidimos tomar las riendas».
La trama social no está construida para que ahorremos, afirma, sino para mantenernos en un ciclo constante de consumo y endeudamiento: «nadie te dice que ahorrar e invertir es lo que realmente te va a cambiar la vida. Nadie te explica que cuando gastás todo, le estás diciendo que sí al ahora, pero no al futuro».
Construir un vínculo sano con el dinero, uno que le permitiera ahorrar e invertir, no fue sencillo para Carolina, a pesar de ser economista. Primero, tuvo una tarjeta de crédito. Luego dos. Finalmente, tres. Mirar el estado de cuenta se convirtió en una fuente de estrés. Se dio cuenta de que había perdido control de su plata. Y todo empeoró cuando fue madre: «Mi vida financiera ya no era la misma, pero mis hábitos sí. Seguía comprando ropa o saliendo a comer con amigas como si todavía viviera con mis padres».
Entonces decidió tener conversaciones sobre el dinero con su entorno: su pareja, sus amigas, su familia. Este tema, dice, genera, aún hoy, una gran incomodidad social: «En un mundo donde todo se publica, cuánto ganás, cuánto tenés y cuánto gastás sigue siendo privado». Afirma que el primer paso para tomar las riendas de nuestra vida financiera es permitirnos tener conversaciones honestas sobre el tema: «El dinero es una herramienta. Da posibilidades. Hablar de dinero es fundamental porque afecta todos los aspectos de nuestras vidas. Desde la planificación de nuestro futuro hasta las decisiones diarias, el dinero desempeña un papel crucial. El problema es que, muchas veces, al no hablar de él, dejamos de aprovechar las opciones que nos ofrece».
El siguiente tema que aborda, adentrándose en las aguas de la economía del comportamiento, son las emociones y creencias arraigadas: «Las habilidades para generar dinero son unas y las habilidades para gestionar el dinero son otras. [...] Nuestras creencias y experiencias juegan un papel crucial en nuestra relación con el dinero». ¿Qué creencias pueden limitarnos? Por nombrar tres ejemplos: «Solo los ricos pueden invertir», «No soy buena con las finanzas» o «Siempre tendré deudas».
A continuación, el libro pasa a abordar las trampas psicológicas del consumo. «¿Te pasó alguna vez que, tras hacer una compra, te preguntaste por qué la hiciste? ¿Sentiste ese pequeño arrepentimiento o una sensación de que tal vez no la necesitabas, pero, en el momento, no pudiste resistirte?». Buena parte de nuestro consumo es impulsivo y está alimentado por estrategias de marketing o «trampas psicológicas» en las que caemos sin darnos cuenta: la gratificación instantánea (sobrevalorar el presente y subestimar el futuro); el «yo me lo merezco» (gastar como forma de autocuidado); el marketing emocional («la crema perfecta nos hará lucir más jóvenes, el vestido perfecto nos hará más deseables, el perfume perfecto cambiará nuestra vida»); y la idea de que más nunca es suficiente (la sensación de que siempre te falta algo para llegar a la plenitud).
En el capítulo «Las mujeres, el dinero y el poder», Carolina analiza y cuestiona estereotipos de género: «El mundo financiero, aunque no nos guste admitirlo, todavía les pertenece a ellos». «Nos pagan menos por el mismo trabajo. Nos cobran más por los mismos productos. Y, encima, muchas veces nos quedamos calladas».
¿Qué es «la narrativa de la gastadora», un concepto que atraviesa todo el libro?: «Desde chiquitas, crecimos rodeadas de mensajes que nos enseñaron, sin que nos diéramos cuenta, que nuestra función principal en la sociedad era ser madres y consumir. Nos dijeron, de manera sutil pero constante, que para ser felices, para encajar y sentirnos plenas, debíamos gustar y tener hijos». Las redes sociales perpetúan estos estereotipos, asentadas en la base cultural que establecieron previamente el cine y la televisión.
En «Soltería y maternidad: los costos invisibles de nuestras elecciones», la autora expone los desafíos económicos que presentan nuestras opciones de vida, cualesquiera sean. Si somos madres, los gastos se disparan, las empresas dudan en contratarnos, muchas veces terminamos trabajando para pagar los cuidados que necesitamos para poder trabajar. Si no queremos ser madres, cargamos con «la expectativa de éxito: si no tenés hijos, la gente parecería esperar que lo compenses siendo impecable en tu carrera. Más horas, más compromiso, más disponibilidad [...], porque la sociedad todavía mide el valor de una mujer según todo lo que puede sostener».
¿Y si estás soltera? Vivir sola es un lujo caro; lo mismo viajar. Parece que siempre tuvieras que estar lista y espléndida para todo. Finalmente, la autora aborda la problemática de la dependencia económica en las parejas: «No se trata de desconfiar de nuestra pareja, sino de ser conscientes de que nuestra libertad de decidir depende en gran medida de nuestra estabilidad económica».
Luego de explorar todas estas aristas que hacen a nuestra relación con el dinero, Carolina se adentra en consejos y métodos de ahorro, con ejercicios para evaluar ingresos, deudas y metas.
Además de estas estrategias prácticas, ahonda en un concepto fundamental del libro, el costo de oportunidad: «¿Sabías que cada vez que decís sí a algo, le estás diciendo no a otra cosa? [...] Cuando elegís gastar en algo, no solo estás decidiendo qué comprar, también estás dejando de lado otras posibilidades: un viaje, una cena con amigos, una experiencia que podría cambiarte la vida. Pero nuestro cerebro no piensa en lo que estamos sacrificando. Solo piensa en el placer inmediato del sí».
«El dinero es emociones, decisiones, entorno —afirma—. Porque una cosa es cuando no podés cubrir lo básico, pero cuando sí podés pagar las cuentas, cuando no estás corriendo para sobrevivir, el partido del dinero se juega en otro lado: en cómo lo gestionás, con quiénes te rodeás y qué expectativas tenés de la vida». Plantea dos ejemplos claros: las comparaciones con otras personas de tu entorno te pueden hacer gastar de más, y suele pasar que cuanto más ganás, más gastás. ¿Y cuál es la base para tomar el control? Entender tus gastos para lograr manejar tu plata con intención.
Un aspecto fundamental de gestionar tus finanzas es elaborar estrategias para salir de la deuda (incluyendo las cuotas de la tarjeta de crédito) sin volver a caer. Dentro del tema de la deuda, la autora repasa paso a paso cómo ella misma logró romper el ciclo de consumo interminable al que la llevaron las tarjetas de crédito.
El ABC para reconquistar nuestra economía, concluye, es: A. Analizá tu entorno y a vos misma («a veces no nos damos cuenta de que somos presas del nivel de vida que elegimos»); B. Borrá lo que no suma («No estamos hablando de dejar de vivir, sino de gastar en lo que realmente te hace feliz»), y C. Construí tus bases (gastá menos de lo que ganás, ahorrá automáticamente, creá un fondo de emergencia, pagá tus deudas).
Nos adentramos, finalmente, en el mundo de las inversiones: «Cada peso que invertís es una opción que te das a vos misma en el futuro. Es la opción de tener libertad financiera, de poder tomar decisiones sin estar atada a la falta de dinero, de poder disfrutar de una vida sin estrés financiero».
¿Qué es, entonces, invertir? «En su esencia más pura, significa tomar tu dinero y destinarlo a algo que tiene el potencial de crecer con el tiempo, generándote más dinero o algún tipo de valor duradero». Una verdadera inversión tiene tres ingredientes clave: el dinero trabaja para vos, genera retorno y apunta al futuro. «La diferencia más grande con ahorrar es esta: el ahorro protege, la inversión multiplica».
Si no estás invirtiendo, sostiene la autora, estás perdiendo dinero. Hay, por supuesto, distintas formas de invertir dependiendo de tu perfil de riesgo. Algunos ejemplos son los fondos mutuos, bonos de largo plazo, acciones y bienes raíces. No hay una sola forma «correcta» de invertir, pero uno de tus aliados más poderosos será el interés compuesto: «no solo ganás dinero sobre tu inversión inicial, sino que también ganás sobre los intereses que esa inversión ha generado».
En el penúltimo capítulo, «El camino de la inversora», la autora ofrece una hoja de ruta para convertirse en inversora, paso a paso, e incluye el caso práctico de Mariana, una madre de 35 años que tiene ahorrados $ 15.000 y —con la meta de llegar a cambiar su auto y, a largo plazo, tener un fondo para la universidad de sus hijos— quiere hacer que su plata trabaje por ella.
«La pregunta no es si invertir o no, sino cómo hacerlo de manera segura, respaldadas por instituciones confiables y reguladas, como aquellas supervisadas por los bancos centrales», concluye Carolina.
Cargada de preguntas y ejercicios prácticos, la autora nos invita a finalizar el recorrido visualizando al dinero no como un fin, sino como un medio; una herramienta para construir nuestro legado. «No importa cuánto hayas gastado en el pasado, la clave es lo que decidas hacer hoy. Cada decisión que tomás con tu dinero refleja las prioridades que tenés en tu vida. Al invertir, estás priorizando tu futuro sobre las gratificaciones inmediatas. Estás eligiendo la libertad, el control y el crecimiento personal. [...] No estás sola en este viaje. Cada mujer que decide transformar su relación con el dinero es parte de una revolución silenciosa pero poderosa. Una revolución que redefine lo que significa éxito, lo que significa cuidarse y lo que significa prosperar», concluye.
Carolina Sur es licenciada en Economía por la Universidad ORT de Uruguay y tiene un MBA por la Universidad Austral de Argentina. Ha trabajado más de quince años en asesoría de inversiones en la banca privada, entre ellas Citibank. Actualmente se desempeña como asesora financiera en Balanz Uruguay.