En esta colección, el director creativo Jonathan Anderson logró hacer que lo aparentemente absurdo se convirtiera en una declaración de estilo. Durante el desfile, el “señor de la cebolla” no solo fue parte del show, sino que se convirtió en una figura clave para resaltar el concepto de la colección: la belleza de lo inesperado y la fascinación por los detalles únicos.
La propuesta primavera-verano 2025 de Loewe se inspira en las raíces, en esos detalles cotidianos que pasan desapercibidos, pero que tienen el poder de conectar y contar una historia. En una pasarela donde lo natural se mezcla con lo surrealista, las prendas fueron presentadas con una frescura y simplicidad exquisita. Anderson combinó tejidos de lino y algodón con cortes asimétricos, bolsillos exageradamente grandes (¿quizá en un guiño a la cebolla?) y una paleta de colores que pasaba de tonos tierra a verdes intensos.
En el centro de toda esta escena, el señor de la cebolla gigante, vestido con una chaqueta Loewe y un sombrero de ala ancha, se paseaba con su famosa cosecha, personificando la narrativa de autenticidad que la marca ha querido transmitir esta temporada.
No es la primera vez que Jonathan Anderson recurre a figuras de la cultura pop o a referencias virales para contar sus historias de moda. Al incluir al hombre de la cebolla, Loewe juega con el concepto de la nostalgia digital y cómo una simple imagen o un video pueden trascender su momento para convertirse en un símbolo cultural.
En esta ocasión, más que presentar una nueva prenda, Loewe nos invita a reflexionar sobre el impacto de lo simple y lo cotidiano, transformando algo tan común como una cebolla en una pieza clave para una colección de alta moda.
¿Moda o performance? Loewe y la magia de lo inesperado
El desfile fue mucho más que moda; fue una performance en toda regla. Cada prenda transmitía una sensación de ligereza y funcionalidad, pero sin dejar de lado el toque poético y artístico que caracteriza a la firma. Los bolsos, una joya de la casa, destacaron con texturas y volúmenes que reflejaban la misma “grandeza” y peculiaridad que el protagonista del desfile.
Al final, Loewe nos dejó con la certeza de que la moda puede ser tan sorprendente como una cebolla gigante, y que lo viral no es solo pasajero, sino que también puede ser transformador. ¿Qué podemos esperar de Loewe para el futuro? Si nos basamos en esta colección, cualquier cosa es posible.
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