A primera hora del día, caminando tranquila pero imponente por la Croisette, Dakota eligió un vestido negro de seda, fluido, clásico y sin esfuerzo. Lo combinó con una trenza lateral que está pisando fuerte como peinado it del momento (sí, Úrsula Corberó también la usó, y si ellas lo llevan... nosotras tomamos nota).
Por la tarde cambió completamente de mood y apostó por un look working girl con aires retro: camisa blanca con lazada, mangas tres cuartos y pantalón sastrero negro con pinzas. Un combo que redefine el minimalismo con elegancia y mucha actitud.
Y a la noche, llegó la magia: un vestido rosa con brillo que se robó todos los flashes. No hay mucho que explicar, porque cuando aparece Dakota en versión alfombra roja de Gucci, todo tiene sentido. Sofisticación, estilo y ese je ne sais quoique la hace única.
Una vez más, Dakota Johnson confirmó que no sigue tendencias: las impone.
Tu opinión enriquece este artículo: