Viene construyendo una carrera profesional excepcional, dentro y fuera del consultorio. Es un prolífico escritor, con once libros publicados que incluyen ensayo y ficción. Es uno de los autores más leídos de América Latina y acaba de presentar “La Soledad”, su nuevo libro de ensayo. Durante 14 años acompañó a Alejandro Dolina en “La venganza será terrible”, y aunque esa etapa se cerró en 2007, su presencia en medios ha sido constante. Hoy tiene su columna de cada miércoles en "Perros de la calle” (Urbana Play). Es músico y amante de las artes y esa faceta combinada con las demás se luce en su obra de teatro “Palabra plena”, que se estará presentando el 29 de noviembre en el Antel Arena.
Mientras el mundo atraviesa una crisis generalizada de salud mental, Gabriel Rolón nos acerca al psicoanálisis desde distintos formatos: a través de sus libros y obras de teatro, en charlas, entrevistas, podcast y hasta en redes sociales… la voz de Rolón es una especie de bálsamo que se gana el respeto y el cariño de sus oyentes y se vuelve, a su forma, en una puerta de entrada al espacio analítico. Este sábado en InfoStyle nos recostamos en el diván para una charla íntima con el psicoanalista Gabriel Rolón.
¿Cómo fue la elección del tema para tu último libro de ensayo?
Fue una elección un poco forzada, porque me lo pidió mi mujer. Fue ella quien me incitó a avanzar sobre la soledad. Es un tema que me recorrió siempre, en cada uno de mis ensayos anteriores siempre tocaba algo que tenía que ver con la soledad. Ella fue quien me recomendó abordar el tema en profundidad, dedicarle un ensayo entero. En el libro propongo un inter-juego entre conceptos teóricos, novelas, películas o libros que me han impactado por momentos solitarios que muestran. Es el libro más íntimo que he escrito. Es un libro donde aparecen muchos episodios donde yo, personalmente, me he sentido solo en la vida.
¿Cómo se vivió el proceso de escritura, en pleno estallido de la Inteligencia Artificial?
Se abrió mucho debate en cuanto a usuarios de Chat-GPT usando la herramienta para enfrentar la soledad, incluso intentando imitar un espacio terapéutico…
Como con toda novedad tecnológica o científica, yo me paro con mucho respeto y con mucho cuidado. Con la teoría de los átomos uno puede generar el PET y ayudar a salvar vidas con la ciencia, o puede armar una bomba atómica. Las analizo con cuidado. La inteligencia artificial puede ser de gran utilidad y también me preocupa mucho. Me preocupa que las personas puedan confundir un diálogo con la inteligencia artificial con tener un diálogo con un ser humano, con compartir emociones. Creo que se abre un gran punto de interrogante y, como casi todo en el ser humano, dependerá con la mayor o menor sanidad con la que se aborde el tema.
Tu obra “Palabra plena” es un éxito indiscutido, han pasado más de 400.000 espectadores y sigue agotando. ¿A qué creés que se debe esa repercusión con la audiencia? ¿Por qué es importante reunirnos colectivamente a pensar sobre lo que nos pasa?
Creo que el éxito de la obra tiene que ver con que reúne muchos aspectos... Tiene música –yo soy músico–, propone un guión teatral, amo la dramaturgia, también está la dirección y la actuación de Carlos Nieto, que es extraordinario, la obra cuenta una historia –que es algo que a mis lectores les gusta–, y tiene mucho de divulgación del psicoanálisis. Creo que de todas las obras que he hecho es la que aglomera mejor los distintos aspectos de mi vida. Me gusta que la gente se haya motivado a ir o que se sienta cautivada por un producto que tiene esta diversidad: que tiene mucho de música, literatura, dramaturgia, actuación, psicoanálisis, casos clínicos, pero sobre todo, preguntas. Es una obra de la que nadie se va con respuestas, sino que abre muchas preguntas, y creo que eso arma un boca a boca que hace que mucha gente la recomiende o incluso vuelva a verla por segunda o tercera vez. Como vos decías, ya van más de 400.000 espectadores en Argentina. En Montevideo hicimos 15 funciones agotadas en el Teatro Metro, eso hace que sean 15.000 uruguayos que ya la vieron, y ahora tenemos el Antel Arena casi agotado. Me reconforta saber que algunos espectadores la elijan ver por segunda vez.
La crisis de salud mental es un problema generalizado que el sistema parece no encontrar salida, ¿qué nos trajo hasta esta situación? ¿Qué podemos hacer frente a eso a nivel individual y colectivo?
La salud mental es un tema muy complicado, porque básicamente es difícil de definir. ¿Qué es en definitiva la salud mental? Salud mental no es que todos nos amoldamos a lo que la cultura espera de nosotros. Esto que estamos hablando es Foucault puro: la sociedad determina qué está bien o mal, qué es estar sano o enfermo. Si no te gusta lo que la sociedad dice, vas al manicomio; y si no actúas conforme lo que la sociedad dice, vas a la cárcel. Foucault dice que esos son los dos grandes modos que la cultura intenta controlar a un ser humano: le dice qué hacer, cómo amar y cómo comportarse. Y si bien por supuesto hay pautas culturales que seguir, yo me resisto como psicólogo a pensar que una persona está sana cuando la cultura dice que está sana. Mirándolo de esa manera, hace 30 o 40 años hubiéramos pensado que una persona homosexual está enferma, porque decide no vivir la vida con los parámetros que otros le indican, y no es así. Para arrimarme a un concepto personal de salud mental me parece que tiene más que ver con la posibilidad que alguien tiene de vivir medianamente en paz con sus contradicciones, de caminar hacia el lado de sus deseos, de no dejar que lo desmesuren sus pasiones, pero no por eso perder el contenido pasional que toda vida debe tener para tener un sentido.
Me gustaría saber sobre tu vínculo con el psicoanálisis, más allá de lo profesional, me refiero a ti como paciente…
Soy un enamorado del psicoanálisis. Me he analizado casi toda mi vida, desde los 20 años. A esta altura ya tengo períodos en los que no me analizo, pero cada tanto vuelvo a hacer chapa y pintura, pero básicamente porque me gusta, porque amo ese espacio en el que alguien se puede sentar o acostar a dejar correr su mente en asociación libre, hablar de lo que le surge, plantear sus miedos y sus contradicciones. Permitirse ser un poco torpe, miedoso, arrogante, aventurero, todas esas cosas que se ponen en juego en un análisis… sabiendo que ahí hay alguien que nunca te va a juzgar, que no te va a escuchar desde una postura moral, sino que simplemente esta ahí para escuchar todas esas cosas que te recorren: que un día puede ser las ganas de volar un avión y otro día será el miedo a volar, no importa. Somos contradictorios, pero el análisis contiene todas esas contradicciones al mismo tiempo.
¿Qué rol ocupa el arte en tu vida?
El arte, la ciencia y el amor son las únicas cosas por las que vale la pena no estar muerto.
Ping pong con Gabriel Rolón:
- Un libro: “Los miserables”, de Victor Hugo
- Una película: Amadeus
- Un hábito: Leer
- Un miedo: Tengo mucho miedo a morirme antes de morir, no quiero perder mis deseos y mis sueños... me gustaría que la muerte me encuentre viviendo.

Tu opinión enriquece este artículo: