La nueva campaña “La Camera” —nombre que evoca la intimidad del camarín, el flash del paparazzi y la teatralidad de la moda— rinde tributo al monograma GG, ese símbolo que ha atravesado décadas, estilos y generaciones, y que hoy vuelve al centro de la escena bajo la mirada contemporánea de Sabato De Sarno, director creativo de Gucci.
Emily, con su magnetismo natural y una elegancia sin artificios, encarna la nueva narrativa de la maison: una mujer libre, urbana, que camina con memoria y presente en el mismo paso. En las imágenes de la campaña, filmadas durante el festival de Cannes, la vemos recorriendo habitaciones de hotel, sosteniendo con despreocupación un bolso Gucci de archivo, reinterpretado con líneas limpias y espíritu vintage. Es una oda a la herencia, pero también a la transformación.
El monograma, lejos de ser una repetición vacía, se resignifica. Es una declaración de identidad. Un gesto de permanencia en tiempos líquidos. Gucci no solo apuesta por la nostalgia, sino que la convierte en un terreno fértil para hablarle a nuevas generaciones que valoran tanto la historia como el presente.
Ratajkowski, modelo, escritora y madre, parece resumir todo eso. Belleza y postura. Glamour y mensaje. “La Camera” es más que una campaña: es un guiño a lo eterno, a lo que siempre vuelve, a lo que somos cuando nos vestimos de aquello que amamos.
Y Gucci, con Emily como aliada, nos recuerda que el lujo verdadero está en los detalles que cuentan una historia.