La astróloga Sofía del Valle, especialista en astrología kármica, explicó que la alineación de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno generó "una vibración de cambio y transformación profunda". Según la experta, esta configuración planetaria simbolizó "un punto de inflexión en la conciencia colectiva, impulsando a muchas personas a replantearse sus caminos personales y profesionales".
Por su parte, el astrólogo Nicolás Ferreira, con más de 20 años de experiencia en astrología mundana, destacó que "estos eventos no son casuales. Cada alineación trae un mensaje y este, en particular, potenció el deseo de expansión, pero también de introspección". Según Ferreira, la combinación de Júpiter y Saturno en aspecto con Marte "pudo generar tensiones a nivel global, pero también motivó decisiones estratégicas que impactarán en el futuro".
Si bien cada persona sintió la alineación de forma distinta según su carta natal, los astrólogos coincidieron en que hubo signos más afectados. "Los signos de fuego (Aries, Leo y Sagitario) experimentaron una energía de impulso y cambio radical, mientras que los signos de tierra (Tauro, Virgo y Capricornio) tuvieron que enfrentar estructuras que ya no les servían", detalló la astróloga Valeria Ríos. En cambio, los signos de aire y agua vivieron este evento "como una revelación emocional y mental, con sueños intensos y mensajes simbólicos".
Aunque el evento astronómico ya pasó, sus efectos seguirán sintiéndose en los próximos meses. "Las alineaciones planetarias no son sucesos aislados; funcionan como un eco que reverbera en el tiempo. Esta en particular dejó una semilla de cambios que se manifestarán en abril y mayo", aseguró Del Valle.
Por lo pronto, los expertos recomiendan "mantenerse abiertos a los cambios, escuchar las señales del universo y aprovechar la energía disponible para tomar decisiones conscientes".
La alineación del 28 de febrero de 2025 quedará en la memoria de quienes sintieron su influencia. Mientras la ciencia sigue explorando el impacto físico de estos fenómenos, la astrología nos invita a mirar más allá y a descubrir cómo el cielo puede reflejar nuestra propia evolución.