Las cifras que comparte FIRS son alarmantes: 235 millones de personas padecen asma, más de 200 millones sufren de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), 8.7 millones de personas contraen tuberculosis cada año, y más de 50 millones luchan contra enfermedades pulmonares laborales. En total, más de un billón de personas en el mundo viven con alguna enfermedad respiratoria crónica.
El primer paso para mantener una buena salud respiratoria es la prevención. Identificar y reducir los factores que favorecen estas enfermedades, como la contaminación ambiental, el tabaco y otros irritantes, es fundamental. Un diagnóstico temprano también juega un papel crucial para evitar complicaciones graves. En este sentido, uno de los estudios más importantes para el diagnóstico es la espirometría.
La espirometría es una prueba básica que mide el flujo de aire que un paciente puede exhalar y a qué velocidad. Este estudio es esencial para detectar enfermedades respiratorias como el asma y el EPOC, pero también se utiliza en casos de neumopatías intersticiales, fibrosis quística, hipertensión pulmonar y otras patologías. Además, resulta útil en la evaluación de la función pulmonar en personas con enfermedades cardíacas, renales o hepáticas.
El Día Mundial del Pulmón nos recuerda que la salud respiratoria es vital y que debemos tomar medidas preventivas para evitar el desarrollo de enfermedades pulmonares. Acciones como evitar la contaminación del aire, no fumar y realizar chequeos regulares pueden marcar la diferencia para tener unos pulmones sanos y un mejor bienestar.
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