Le pido a Franco que se describa en tres palabras y dice que es “indescifrable, positivo y familiero”. Este ejercicio nos sirve para ir conociendo al diseñador de 22 años que, cursando apenas el segundo año de carrera, resultó uno de los ganadores de Mondesign. A partir de nuestra charla descubro que es un estudiante creativo y cuestionador. Tiene un sentido del humor particular, que lo vuelca astutamente en su trabajo. En un video casero que realizó nos augura con gracia que estamos presenciando una gran colección. “No soy tan bueno editando, pero para no morir en la orilla, intento ponerle humor, proponer un gancho, y la verdad es que me ha funcionado bastante bien”, dice. Sus colecciones como estudiante proponen mucho desde lo conceptual, con mucha introspección e innovación en el uso de materia prima.
Con las ganas de comerse el mundo que trae el despertar vocacional, Franco viajará en junio de este año para presentar su trabajo en la Graduate Fashion Week de Londres.
A días del inicio de clases de su último año de carrera en Integra, conversamos con Franco a propósito de su trayectoria estudiantil, el proceso de trabajo para sus colecciones Mestizo y XOC y cómo imagina su futuro como diseñador independiente.
¿Cómo fue tu despertar vocacional? ¿Siempre supiste que querías ser diseñador?
Cuando terminé el liceo me costó mucho decidir qué estudiar. Desde muy chiquito siempre me interesó combinar prendas, me tomaba mi tiempo para vestirme, pero estaba muy lejos del mundo del diseño. Cuando vi la oportunidad de estudiar moda, la tomé. Mi primer acercamiento fue en el Instituto Strasser, pero está más orientado a lo técnico y me estaba costando avanzar. Me interioricé más en las opciones del mercado y me di cuenta que Integra se adecuaba mejor a lo que yo quería, ya está mucho más centrado en lo creativo y yo buscaba romper las reglas y tener un enfoque mucho más introspectivo a nivel diseño. Llegué a Integra en 2023, a mis 20 años, este va a ser mi tercer año de estudio.
¿Cómo ha sido tu trayectoria estudiantil? ¿Cómo sos como alumno?
Me considero buen alumno, pero no sigo las reglas. Si veo un requisito para una entrega que exige un margen de 2 cm no lo voy a acatar porque sí, seguramente me lo cuestione o le quiera dar una vuelta más. Al principio fue un poco difícil, pero ahora que los profes me conocen me entienden más, me gané su confianza para tener más libertad. Me gusta trabajar a mi manera.
¿Cómo fue el proceso para presentarte en Mondesign?
En el caso de Integra participa todo el curso y se divide en los dos semestres del año. La consigna era crear dos conjuntos, con el tema disparador de los 300 años de Montevideo.
Si bien participamos todos, hay una decisión de cada estudiante para esforzarse a llegar al nivel que se espera. En mi caso fue una decisión interna.
Durante el primer semestre elegí trabajar el tema de los militares de la España colonial, mi primera colección se llamó Mestizo. Me costó elegir el tema, lo pensé mucho. Mi idea conceptual de militares no era un culto ni un tributo, sino más bien una denuncia de todo lo que pasó, el daño generado a la población local, la esclavitud, etc. Se transformó como en una sátira a la militarización colonial.
En el caso del segundo semestre el tema era libre, pero la idea era continuar con algo de la primera colección. Yo tomé el concepto de militar de la primera colección y –con la idea de hacerlo más actual– creé una fantasía en la cual ese militar llega a la Montevideo actual.
¿En qué consiste XOC, tu colección ganadora en Mondesign?
Imaginemos un escenario en que un militar colonial llega hoy a Montevideo, de la nada. A partir de esa idea tomé tres conceptos claves de la sociedad actual: la tecnología, la movilización deportiva, y la arquitectura moderna. A partir de esos puntos fui desglosando y tomando nuevos sub-conceptos para cada prenda.
Decidí llamar a la colección XOC, que es la traducción de “shock” al catalán. Buscaba una palabra que genere impacto, shock. Venía trabajando el tema de los militares españoles y me pareció que una palabra catalana tenía cierta conexión.
En cuanto a materiales, trabajé con textiles más contemporáneos, más livianos, cómodos, con acentos deportivos. Cambié la paleta de colores, que en Mestizo era negro, rojo y gris y decidí incorporar colores más llamativos: naranja, azul, celeste. También sumé estampas queriendo que generen impacto. Pasamos de un concepto más estructurado a algo más contemporáneo. Además, todas las piezas se hicieron con puntas de stock, algunas piezas son zero waste, ya que en la escuela nos estimulan mucho a pensar la moda desde la sostenibilidad.
¿Cómo se refleja lo conceptual en cada prenda?
En la colección hay chalecos y accesorios que tienen una relación directa a la militarización. En cuanto al shock desde lo conceptual, quise que la tecnología esté presente desde lo estético, eso se ve traducido en los colores vivos e impactantes. La tecnología es el gran avance con respecto a otras sociedades y en este escenario imaginado creo que sería de las cosas más impactantes. También hay un juego con las estampas que reflejan caras de shock y una persona andando en monopatín. La arquitectura moderna va más desde el impacto a simple vista. Ese shock y la sensación que generan las prendas y los conjuntos. La apuesta desde los brillos y los colores.
En cuanto a la movilización deportiva, la trabajé desde los textiles, no desde lo técnico. Hay una cartera tejida con elástico de cordón, también un chaleco unido con elásticos, trabajé mucho con nylon burbuja.
Los fuertes de mi colección son la versatilidad y la variabilidad. Las prendas permiten generar opciones comerciales y no comerciales; encajan en cualquier género; se pueden generar looks para todas las estaciones del año y permite generar muchas combinaciones entre sí.
El premio consiste en viajar a Londres a presentar tu colección y representar a Interga en la Graduate Fashion Week, ¿qué expectativas tenés de esa experiencia?
Me entusiasma mucho. Es la primera vez que voy a viajar solo y tengo muchas ganas.
Soy un poco tímido, pero cierro los ojos y me imagino ahí. Me dediqué el verano a pensar en las siguientes prendas de mi colección y cómo lo voy a encarar... pero más allá de la experiencia como diseñador, quiero aprovechar el viaje a nivel introspectivo, crecer y conocerme más a mí mismo.
¿Cómo te gustaría que se proyecte tu carrera como diseñador?
Tengo mucho entusiasmo en poder desarrollar mi marca. Me gustaría salir ya al mercado como diseñador, pero primero me quiero recibir. Mi idea para este último año de carrera es dedicarme mucho a descubrir mi identidad como diseñador y trabajar en el desarrollo de mi marca personal para luego lanzarme como diseñador independiente. Me encantaría que me vaya bien en Uruguay.
La verdad es que tengo varias ideas, incluso el nombre de mi marca: Sandfly. Desde muy chico tengo ese nombre en la cabeza, que además contiene mis iniciales dentro de la palabra. Algo me pasa con ese concepto.
A nivel conceptual en mi marca va a estar presente la conexión con la naturaleza, la preocupación por el medio ambiente, la fluidez y los colores vivos…
Todas mis prendas las pienso siempre sin género.
Si bien me gustaría tener una tienda en Montevideo, sé que tiene su complejidad, por lo que al principio lo pienso más desde lo abstracto, me imagino proponiendo un concepto que abarque distintas cosas… me imagino incluso haciendo fiestas y proponiendo experiencias más globales. Aún no desarrollé conceptualmente la marca, pero todo esto anda por mi cabeza.
Ping pong con Franco Smaldone:
- Un hobbie: El pádel.
- Una película: Avatar.
- Un destino por descubrir: A mí mismo.
- Un miedo: La soledad
- Tu lugar en el mundo: Mi familia.
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