La pareja arribó a la ciudad de los canales este miércoles para dar inicio a una celebración que durará tres días, pero que ya parece infinita en glamour.
Lauren Sánchez no se quedó corta en looks: para estos tres días tiene planeado lucir 27 vestidos. Sí, veintisiete. El primero, un diseño palabra de honor en verde metálico con bordados florales, dejó a todos sin aliento. Jeff, más relajado pero siempre elegante, eligió un traje marrón con camisa blanca y sin corbata. Muy “multibillionaire en modo romántico”.
Y para que todo funcione como un reloj suizo (de los caros), hay más de 385 personas de seguridad cuidando cada movimiento de los novios e invitados. ¿Y el tráfico aéreo? Caótico, pero privado: más de 90 aviones privados aterrizaron para esta boda. Porque en el universo Bezos, los Uber no vuelan.
El punto de partida fue el Aman Venice, un hotel 7 estrellas que ocupa un palacio del siglo XVI a orillas del Gran Canal. Ahí se celebró el cóctel de bienvenida, con invitados que llegaban en bote-taxi desde todos los rincones de la ciudad, saludando como si estuvieran en Cannes.
Este jueves, los festejos se trasladaron a The Madonna Church, donde se llevó a cabo una recepción íntima (para 200 personas), entre ellas: Victoria Beckham, Kim y Khloé Kardashian con Kris Jenner, Kendall y Kylie Jenner (con Stormi y Aire a bordo), Leonardo DiCaprio con Vittoria Ceretti, Ivanka Trump con Jared Kushner y sus tres hijos, y hasta la reina Rania de Jordania, elegantísima y discretísima.
Y claro, Oprah Winfrey también dijo presente, al igual que Tom Brady, que bajó del bote con look deportivo y sin escándalos. ¿La lista sigue? Por supuesto. Se espera la aparición de Salma Hayek, Eva Longoria, Bill Gates, Mick Jagger, Elton John, Diane von Fürstenberg, Orlando Bloom, y hasta el ex de Lauren, Tony Gonzalez, con su actual esposa. Todo muy civilizado, muy Hollywood 2.0.
Desde que llegaron en helicóptero desde el yate Koru, anclado en las costas de Croacia, Jeff y Lauren están protagonizando un verdadero espectáculo internacional. Cada detalle fue cuidado al extremo, en el más puro estilo Bezos: de lo exclusivo, lo más exclusivo.
Con vestidos de alta costura para cada momento del día, palacios venecianos, íconos globales y seguridad que rivaliza con la de una cumbre de presidentes, esta no es solo la boda del año. Es la boda.
Y lo mejor es que... ¡aún no terminó! Quedan días de celebraciones, más vestidos, más cenas, más brindis, y quién sabe qué más.
Desde InfoStyle, seguimos minuto a minuto el detrás de escena de este verdadero festival veneciano de amor, lujo y estilo. Y si esto es el casamiento, no queremos imaginar la luna de miel.