SANDRO Homme: el equilibrio entre estructura y libertad
El hombre SANDRO de esta temporada se mantiene fiel al ADN de la marca: líneas limpias, cortes precisos y una modernidad que se revela en los detalles. Inspirada en los años setenta —pero sin caer en la nostalgia—, la colección se mueve entre la estructura y la fluidez con una sutileza impecable.
Los tonos neutros dominan la paleta: latte, crema, beige y gris frío, con acentos de azul cielo, amarillo paja y cognac profundo. La nobleza de los materiales redefine lo clásico: un trench de seda reemplaza al algodón, los pantalones se vuelven livianos y los abrigos de cuero recuperan protagonismo con cortes casi arquitectónicos.
Cada prenda parece contar una historia de sofisticación contenida, esa elegancia natural que no necesita más que un gesto.
Los accesorios —como las gafas de aire setentoso reinterpretadas con monturas finas y metálicas— completan un universo visual que remite más a una cantera de mármol que a una postal veraniega.
El espíritu de la colección evoca al bohemio intelectual Peter Beard: un hombre libre, curioso, culto. Un nómada elegante que habita su tiempo con naturalidad y sin esfuerzo.
SANDRO Femme: la elegancia del contraste
Para ellas, SANDRO presenta Summer Vibration, una colección que respira libertad y movimiento. Las prendas fluyen con el viento, pero nunca pierden estructura. Volantes, flecos y tejidos etéreos conviven con sastrería precisa, chaquetas peplum y pantalones amplios, creando un equilibrio entre lo femenino y lo audaz.
La feminidad se muestra sin miedo a sus contradicciones: encajes y satén dialogan con broderies y crêpes, revelando la piel con sutileza. Es una sensualidad discreta, moderna y sofisticada, que se siente más que se muestra.
El nuevo bolso Mymi, pensado para la mujer en movimiento, se convierte en el aliado perfecto de esta narrativa: funcional, elegante y con carácter.
Los contrastes marcan el pulso de la temporada —brillo versus mate, transparencia versus opacidad, fluidez versus precisión— en un juego visual que refleja la dualidad contemporánea de la mujer SANDRO.
La colección se despliega hacia un verano luminoso, donde la margarita emblemática de la marca vuelve reinterpretada en estampados setentosos. Los pañuelos tipo bandana y los bolsos Claudia completan los looks con un aire romántico y nómada.
En cada diseño se percibe una búsqueda: volver a lo esencial, al placer del movimiento y al lujo de lo natural.
SANDRO lo resume en una sensación: un verano diáfano, bañado de luz, donde la elegancia y la libertad caminan de la mano.