Rosa mexicano: el alma de la colección
El rosa mexicano, emblemático color acuñado por Ramón Valdiosera, fue el gran protagonista de la velada. Desde las invitaciones hasta los detalles del escenario, este tono vibrante, presente en la arquitectura de Luis Barragán y símbolo de la identidad cultural mexicana, brilló en varias prendas de la colección, consolidándose como un homenaje visual y emocional.
Colores que cuentan historias
La colección fue un desfile de tonalidades que celebraron la diversidad y alegría de México. Se destacaron un amarillo cempasúchil, azul inspirado en la Casa Azul de Frida Kahlo, burdeos que evoca el cacao, y el clásico blanco y negro de la marca. Los cortes femeninos y románticos, característicos de Carolina Herrera, dieron vida a piezas que mezclan modernidad con tradición.
Detalles que hablan de artesanía
La colección incluyó bordados del estado de Hidalgo realizados por la maestra artesana María de los Ángeles, piezas de encaje intervenidas por Virginia Verónica Arce de Tlaxcala, y joyería artesanal de Araceli Nibra Matadamas de Oaxaca, elaborada con jícara e inspirada en los vibrantes mercados de flores de México.
Las mariposas: símbolo de resiliencia
Uno de los elementos más significativos de la colección fueron las mariposas, representadas en vestidos con aplicaciones que simulaban movimiento. Inspiradas en la mariposa monarca y su largo viaje migratorio, estas piezas celebraron la fuerza y la resiliencia, valores profundamente arraigados en la cultura mexicana.
La música y la belleza
El ambiente musical combinó clásicos como Sabor a Mí y Piel Canela con éxitos de los 2000 como Lento de Julieta Venegas, creando una banda sonora nostálgica y vibrante. El maquillaje y los peinados fueron delicados y románticos, destacando trenzas adornadas con moños y un sutil toque de color.
Un romance entre moda y cultura
Carolina Herrera Resort 2025 no solo fue un desfile; fue una carta de amor a México. Con una visión clara de honrar la tradición y celebrar la modernidad, Wes Gordon y su equipo crearon una colección inolvidable que capturó la esencia de un país lleno de vida, color y arte.
Un desfile que quedará grabado como un encuentro entre dos mundos: la elegancia atemporal de Carolina Herrera y la rica cultura mexicana.