Jazwares, propietario de Squishmallows, afirma que los Skooshers de Build-A-Bear son una copia exacta de su producto y están engañando a los clientes. Por otro lado, Build-A-Bear defiende su posición argumentando que no son los primeros en poner caritas en almohadas y que este mercado en crecimiento les permite incursionar sin infringir derechos.
Para entender el contexto, los Squishmallows surgieron en 2016 pero alcanzaron popularidad durante la pandemia en 2020, impulsados por la presencia de celebridades y la explosión de colecciones en TikTok. Warren Buffet vio una oportunidad y adquirió una participación mayoritaria en Jazwares por 12.000 millones de dólares en 2022. En 2021, las ventas de Jazwares superaron los mil millones de dólares, con un 40% proveniente exclusivamente de los Squishmallows.
Al igual que los Beanie Babies, los Squishmallows se han convertido en objetos de colección con una base de fanáticos predominantemente adulta. Ante la creciente competencia, Build-A-Bear, con 25 años en el mercado, lanzó recientemente su propia línea de peluches redondos con sonrisas pequeñas, conocidos como Skooshers.
La controversia gira en torno a si es posible copiar un diseño de peluche tan genérico. Build-A-Bear se ha destacado en el sector retail, adaptándose a las tendencias y diversificando sus canales de venta, incluyendo cruceros, Walmart y parques de diversiones, para mantenerse relevante.
A medida que los clientes se inclinan hacia la nostalgia y la colección de peluches, tanto Squishmallows como Skooshers están en el centro de una disputa que plantea preguntas sobre la originalidad y la innovación en el mercado de los peluches.